3 de julio de 2024

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Santo Tomás
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Más de 150 sacerdotes asistieron, en O Corpiño, a la fiesta del Clero de Galicia

Más de 150 sacerdotes asistieron, en O Corpiño, a la fiesta del Clero de Galicia
FOTO.- Sacerdotes asistentes al encuentro | © Diocese de Lugo

El 19 de junio, más de 150 sacerdotes de las diócesis de Galicia ordenados desde el año 2000, junto con los cinco obispos gallegos, acudieron al santuario de Nuestra Señora de O Corpiño para ganar el jubileo y mantener un encuentro de fraternidad, en este Año Santo Mariano, que vive el santuario lalinense.

El obispo y administrador apostólico de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro, encargado de impartir la bendición de la mañana, ha definido el encuentro como «una jornada excepcional. Vengo muy sorprendido de la respuesta de los curas jóvenes. Fue un encuentro, muy espontáneo, muy natural, con una acogida fantástica».  En este sentido, ha expresado que se trata de una intuición muy grande juntar a los curas jóvenes, «porque tienen que conocerse, porque el mundo que les espera no es para uno o dos, sino que hay que hablar, compartir, programar y organizar cosas entre todos», siguiendo el camino de la sinodalidad que el papa Francisco viene marcando en los últimos años.

Ante la virgen de O Corpiño, el sacerdote diocesano de Tui-Vigo, Ángel Carnicero, en representación de todo el clero de Galicia, agradeció la compañía de María «en cada momento de nuestra vida y de nuestro ministerio, cada hora de servicio pastoral intenso y dedicado, pero también las horas más oscuras y más amargas de nuestra ambigüedad, de nuestro cansancio y de nuestras inquietudes más íntimas». Además, pidió su auxilio «para acoger cada día el sí fiel que Dios nos dirige y así, con tu ayuda, responder con nosotros, renovando aquel primer sí de nuestra ordenación sacerdotal».

Realizada la invocación a la virgen y después de un breve descanso, los presbíteros tuvieron la oportunidad de prepararse de manera especial para la celebración eucarística, mediante un acto penitencial en el que intervino el arzobispo de Santiago de Compostela, Mons. Francisco José Prieto.

Previamente a la comida de confraternización, se celebró la eucaristía presidida por el obispo lucense, Mons. Alfonso Carrasco Rouco, que, en relación a la vocación sacerdotal, manifestó que «como sacerdotes somos testigos de este amor que hizo surgir una historia nueva en el mundo; la pudimos experimentar cada uno, en la propia vocación, y por eso hablamos con certeza de la grandeza de este amor del Señor, que es camino, verdad y vida para todos». Finalizaba su intervención encomendando la fidelidad sacerdotal a la virgen «que vivió su servicio con conciencia bien humilde, pero permaneció en él siempre, y hasta el final por la gracia de Dios. Que ella nos consiga un corazón como el suyo, feliz de proclamar las grandezas del Señor […]. Intercede por nuestra fidelidad a la vocación, por la de nuestros compañeros en nuestras diócesis, en Galicia y en el mundo».

Tal y como afirma José Diéguez, vicario para el Clero de la diócesis de Tui-Vigo, este tipo de encuentros ayuda a fortalecer la fraternidad sacerdotal entre el clero, pero «no sólo une a los sacerdotes diocesanos, sino que también nos une con los otros presbiterios. Tenemos que pensar que la Iglesia es universal, es católica, se concreta en una determinada porción del pueblo de Dios que llamamos diócesis». Así, José Diéguez ha expresado que «este acontecimiento que nos ofrecía realizar la diócesis de Lugo, con motivo del Año Santo Mariano de O Corpiño, fue muy bien acogido por los delegados para el clero de Galicia».

A razón del lema del encuentro, «Fidelidad a la vocación», Eloy Perales, que suma ya 13 años de ministerio sacerdotal, ha expresado que «la rutina se puede colocar en nuestra vida en cualquier momento y sentirse acompañado, ser fieles a la vocación, nos hace que no seamos personas libres y solitarias, sino que este encuentro nos ayuda a reavivar nuestra fe y a ponerla en práctica en nuestros presbiterios y en nuestras parroquias».

Juan de Olazábal ha vivido este encuentro como una oportunidad para «redescubrir la belleza de la propia vocación, pero no desde el aislamiento o la individualidad que corremos el riesgo de vivir, sino desde la comunión y la fraternidad presbiteral con otros compañeros que, al igual que uno mismo, van experimentando el cansancio y las fatigas del camino». Ordenado presbítero hace un lustro, ha podido experimentar la riqueza de la Iglesia, «esa diversidad que cada uno posee —los distintos carismas, espiritualidades dentro del propio presbiterio— y como todos estamos llamados a manifestar a Cristo».

Festa do Clero de Galicia 2024 | © Diocese de Lugo
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