El miércoles 8 de septiembre, la Iglesia celebra la Natividad de la Virgen María, una fecha que nunca pasa desapercibida en el santuario de Nosa Señora da Franqueira que, tras un año marcado por la Covid-19, ha vivido su fiesta grande con las tradicionales danzas y la representación del moro y el cristiano bajo el lema “A Virxe María, signo de esperanza e de consolo”.
El obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro Fiuza, acudió como cada año al santuario para presidir la eucaristía solemne a la que asistieron decenas de devotos acompañados por sus paraguas y guiados por los voluntarios del santuario que velaban por las medidas de seguridad. Durante la homilía, el pastor de la Iglesia diocesana recordó que Dios quiere realizar su obra a través de las vidas de cada uno de los presentes, tal y como hizo con María, y solicitó la protección de la Virgen para todos los allí presentes.
Al término de la eucaristía, ocho jóvenes de la parroquia realizaron las danzas en honor a la Virgen, cuatro bailes que son transmitidos de padres a hijos, y también se interpretó la representación del moro y el cristiano, un auto sacramental que narra un milagro de la madre de Jesús durante la liberación de los cristianos en la época de la Reconquista.
Los actos con motivo de esta fiesta de la Natividad continuarán a lo largo de este mes de septiembre con la “Fiesta dos Poxos”, el próximo sábado 19, y el “Día de las familias”, el domingo 26.
