Este año, también celebran 90 años de presencia en la ciudad olívica, a través del colegio San José de A Guía
Coincidiendo con el nacimiento de santa Bonifiacia, fundadora de la congregación de las Siervas de San José, el jueves 6 de junio, a las 20 horas, en el templo parroquial de Nuestra Señora de las Nieves en Vigo, la comunidad de las «josefinas» celebra una eucaristía de acción de gracias con motivo del 150 aniversario de la fundación de la congregación. La eucaristía estará presidida por el obispo y administrador apostólico, Mons. Luis Quinteiro.
Isabel Hiebra, sierva de san de José, explica que la comunidad en Vigo está viviendo este acontecimiento «con ilusión, con alegría y con agradecimiento. Con ilusión porque es hacer memoria de aquello que dio origen a nuestra congregación; y con agradecimiento porque son 150 años de presencia del carisma de las Siervas de San José en todo el mundo y, en Vigo, 90 años».
Esta efeméride también se está celebrando con la comunidad educativa del colegio San José, que la vive «como un año de gracia», en el que se está dando a conocer de manera especial el carisma y los fundadores de la congregación. La hermana Isabel cuenta que el día de san José celebraron una eucaristía en la que participaron los niños que «dieron gracias porque ellos también forman parte de este proyecto».
Ahora, 90 años después de su llegada a la ciudad olívica, perciben que «ha habido un impacto importante en el barrio de promoción y de atención a la persona, de cercanía, de proximidad y, en una publicación reciente de Aquí Teis. Periódico do barrio, lo que dicen es que siempre se han sentido como en casa: acogidos en una vida y en un ambiente familiar, sencillo, que es nuestro talante y nuestro estilo de vida. Ha sido un espacio de compartir, un hogar, una familia», expresa la hermana Isabel.
Breve historia de la congregación de las Siervas de San José
La congregación de las Siervas de San José nace en Salamanca, el 10 de enero de 1874, de la mano de Bonifacia Rodríguez y Francisco Butinyà i Hospital, en el taller de Bonifacia para la promoción y evangelización de la mujer trabajadora, en un momento en que las opciones laborales para las mujeres eran muy limitadas y llenas de dificultades.
El trabajo se convierte así en un elemento constitutivo de la misión a realizar por las mujeres que van entrando a formar parte del taller. Desde la experiencia creyente, la oración se hace compañera de camino del trabajo y, hermanados, se busca dar sentido al esfuerzo diario y dignidad al espacio laboral.
