3 de julio de 2024

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Santo Tomás
3 de julio de 2024

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Santo Tomás

Invocación al Cristo de Vigo

Invocación al Cristo de Vigo
Despedida al Cristo de la Victoria en la Puerta del sol

Un año más Santísimo Cristo de la Victoria, hemos recorrido las calles de nuestra ciudad acompañando tu imagen sagrada. Esta noche nos sentimos especialmente unidos bajo tu protección. Queremos abrirte nuestro corazón, contarte nuestras penas e ilusiones y pedirte fuerzas para seguir juntos con esperanza. 

Todos somos conscientes de que nos ha tocado vivir un tiempo nuevo, con retos urgentes que exigen la unión de todos para poder afrontarlos con éxito. Necesitamos superar nuestros individualismos y crear espacios nuevos en los que podamos sentirnos todos convocados a una imprescindible tarea común. 

En estos días, ahí al lado, en nuestra nación hermana de Portugal se han vivido momentos de profunda esperanza que han protagonizado el Papa y los jóvenes. El Papa Francisco se emocionó ante el empuje y la fortaleza de los jóvenes que acudieron a su llamada. Eran chicos y chicas de todo el mundo, de más de ochenta países, que vencieron todas las dificultades, calor, falta de sueño, condiciones de vida austeras; les movía su amor a Jesucristo y sus ganas  de cambiar el mundo, les movía su resistencia a aceptar un mundo lleno de injusticias. Y querían escuchar la palabra del papa Francisco, un papa que habla claro y que se entiende con los jóvenes y cree en ellos porque sabe que son una esperanza para el mundo. 

El mensaje del Papa en la Jornada Mundial de la Juventud es muy importante para todos nosotros. El papa nos pide una renovación profunda de la Iglesia buscando, sobre todo, la cercanía de las personas. Nos dice que la Iglesia tiene que ser cercana, abierta, acogedora.  Su mensaje central fue : “ la Iglesia es de todos y para todos.”. Todos cabemos en la Iglesia, nadie tiene privilegios en ella, nadie puede sentirse excluido en la Iglesia. 

Esta clara afirmación de que la Iglesia es de todos fueron pronunciadas con rotunda firmeza por el Papa Francisco y, sin duda, están llamadas a guiar la renovación que todos esperan de la Iglesia. Ya el Concilio Vaticano II nos había recordado que la Iglesia es sacramento universal de salvación. Y hoy estas palabras están llamadas a concretarse en nuestra Iglesia diocesana, en nuestras parroquias, en nuestras familias cristianas. En nuestra Diócesis tenemos que ser una Iglesia cercana a los pobres y a los enfermos, una Iglesia en la que pidamos perdón por nuestros pecados, una Iglesia en la que tengamos las puertas abiertas para todos. Y esto lleva consigo unas parroquias que se mezclen con la gente y que celebren su fe con alegría. Unas parroquias que no se dediquen a proclamar el desánimo y a abrir heridas sangrantes. Unas parroquias que acojan, ayuden y que ilusionen a las personas. Unas parroquias que tengan en su centro la Eucaristía que es el misterio más grande del amor de Dios. 

Y esta Iglesia renovada y acogedora, esta Iglesia de puertas abiertas solo será posible con el compromiso ineludible de las familias cristianas y de nuestros laicos. Ellos hacen posible la presencia real de Jesucristo en medio del mundo de la política, del mundo de la enseñanza, del mundo de la sanidad, del mundo del trabajo y de la empresa, del mundo de nuestros hogares. Done se juega la vida de verdad ahí están nuestros laicos, ahí en el corazón del mundo. Sin ellos, la Iglesia de Jesucristo no existiría. 

Hoy y aquí, bajo tu guía, Santísimo Cristo de la Victoria, queremos acoger con ánimo decidido esta llamada del Papa Francisco para llevar a cabo una profunda renovación pastoral y espiritual de nuestra Diócesis. 

Bendice, Santísimo Cristo, a nuestras autoridades políticas y sociales. Dales fuerza y sabiduría para que nos conduzcan en el camino del progreso, de la justicia y de la paz social. 

Te encomendamos a nuestras familias con sus ancianos, con sus jóvenes y con sus niños. 

Ponemos en tus manos a nuestros enfermos y pobres. 

Protege a los devotos que hoy te acompañamos y a los que desde sus casas piden tu bendición 

No te olvides de nuestra ciudad y cuídanos a todos. Amen 

+ Luis Quinteiro Fiuza 

Obispo de Tui – Vigo      

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