El templo votivo del mar de Panxón acogió, el 8 de julio, el tradicional homenaje de fe y devoción de las cuatro marinas —la armada, la mercante, la flota pesquera y la deportiva— a la virgen del Carmen. En esta ocasión, la ofrenda, durante la eucaristía presidida por el obispo Mons. Luis Quinteiro, la realizó el comandante naval de Vigo, Antonio Couce, quien expresó que «la mar es para nosotros una de las mejores simbologías de la libertad, porque eligiendo el rumbo que elijamos siempre podremos llegar a nuestro destino», incidiendo en la importancia de «elegir cuidadosamente, en el ejercicio de esa libertad, destino y rumbo».
Ante la imagen de la patrona de las gentes del mar, Antonio Couce realizó tres peticiones a la virgen del Carmen: por los difuntos los difuntos para que «los auxilies y mantengas a tu lado, proporcionándoles su bien ganado descanso». También acudió a su patrona pidiendo por los presentes «para que nos ampares siempre, para que aprendamos a respetar, querer y cuidar a nuestros mayores; para que logremos sacar adelante a nuestros hijos, educándoles en el amor y en el respecto al prójimo, y también en el temor de Dios». Finalmente, solicitó la protección de la virgen del Carmen «para que nos guíes en esta elección personal de rumbos y caminos en la vida, para que nos lleven a buenos puertos y nos procuren éxito honorable en nuestras iniciativas; para que sepamos hacer un buen uso de nuestra libertad y de nuestra vida; para que generemos bienestar y amor para nosotros y para los demás; para que alimentemos nuestra convivencia con paz, integración y concordia».
Al término de las palabras del comandante, dos miembros de la armada depositaron un centro de flores a los pies de la imagen de la virgen como ofrenda en horno a la patrona de las cuatro marinas que, cada año, acuden al templo de Panxón a solicitar el patrocinio de Nuestra Señora del Carmen.
El obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro, agradeció la presencia de los fieles y de las autoridades civiles que acudieron a la celebración eucarística. El prelado destacó las palabras del comandante: «no sólo es una devoción piadosa, sino que es, como usted bien dijo, alguien que marca el rumbo y el camino», pidiendo así a la patrona de los marineros que «nos ayude en esta singladura del tiempo presente; que nos ayude a mantener en nuestro corazón y en el de nuestra gente la fidelidad a Dios, que es el que da la dignidad humana». «Ojalá —expresó Mons. Luis Quinteiro— que nuestra cultura mantenga la identidad que nunca perdió: somos hermanos que tenemos encuentros y dificultades, pero nunca ningún hermano es más que otro. La fe cristiana no puede perder esta lucha; no puede renunciar a estar presente en medio de la sociedad a través de cada uno de vosotros, para que esta legitimidad de la fraternidad humana no pierda su fuerza».
En el momento de las ofrendas, la delegación de Stella Maris de Vigo de la diócesis de Tui-Vigo ofreció, junto al pan y el vino, una corona de flores, en nombre de todas las gentes del mar que atienden en las oficinas situadas en el edificio Portocultura. La celebración finalizó con un momento de adoración eucarística y la habitual procesión hasta el atrio del templo donde el obispo Mons. Luis Quinteiro bendijo los mares y a todas las gentes vinculadas al trabajo del mar.
Fue en el año 1939, cuando el templo votivo de Panxón celebró por vez primera la Ofrenda del Mar que, además de ser un homenaje de las marinas a la Virgen, se ha convertido en una oportunidad para revalorizar el papel de los marinos y visibilizar los graves problemas que afectan a sus vidas y familias. La Iglesia universal refuerza la conmemoración del «Día de las gentes del mar» que se celebra todos los años, el 16 de julio, haciéndolo coincidir con la fiesta católica de la Virgen del Carmen.
