«Lo estamos preparando con todo esmero para que la JMJ de Lisboa sea, verdaderamente, una experiencia de encuentro con Cristo, también de Iglesia, de fraternidad, y un impulso en esta aventura de la fe», así lo expresa Samuel Montes, delegado de Pastoral Juvenil y Universitaria de Tui-Vigo, cuando le preguntan por el itinerario de un “ambicioso” viaje con destino a la JMJ de 2023. Samuel tiene claro que, en esta aventura, todo el mundo está implicado, todo el mundo debe “mojarse” «por la misma razón que me tengo que mojar yo —explica—. Creo que los jóvenes necesitan tener experiencias de Iglesia joven; necesitan compartir con otros semejantes esta alegría de la fe, que se traduce en ganas de cambio, en inquietud».
La delegación de Pastoral Juvenil y Universitaria trata de crear espacios diocesanos donde los jóvenes de diferentes realidades puedan vivir una experiencia de encuentro con Dios, pero también continuar profundizando en su fe porque, como expresa Samuel Montes, «nosotros tenemos que acompañar a los jóvenes en su momento, en la etapa en la que están». En este sentido, añade que la Jornada Mundial de la Juventud es muy importante: «todos conocemos a jóvenes que han experimentado de una forma especial la fe en estas jornadas, que les han permitido vincularse más para asumir la propia vivencia de la fe de una forma más madura; para dar el salto de vivir una infancia en la fe a ser protagonistas de su propia experiencia convirtiéndose en testigos para otros».
Desde el inicio de su pontificado, el papa Francisco ha hecho una invitación muy explicita a todos los jóvenes: a no «balconear» —en la JMJ de Rio de Janeiro, en 2013— a no ser «jóvenes sofás» —en 2016, en la JMJ de Cracovia— y a «no estar todo el día conectado para sentirse reconocido y amado» —JMJ de Panamá, en 2019—. En su mensaje para la jornada de Lisboa, incide en que este es el momento de «levantarse», de aferrarse a esa prisa buena «que nos empuja hacia arriba y hacia los demás». En relación a estas palabras, Samuel Montes, delegado de Pastoral Juvenil y Universitaria de Tui-Vigo, afirma que, «en el fondo, es la invitación que Cristo nos hace a nosotros: a dar sentido a nuestra vida, a ser protagonistas —en el buen sentido de la palabra—, a vivir con pasión, con intensidad». A los jóvenes con dudas en participar en esta JMJ, Montes les recuerda que es una experiencia en la que podrían «sentirse amados por Dios, desde la experiencia profunda de encuentro con Cristo; sentirse parte de una Iglesia que es universal, que está en los cinco continentes; sentirse también arropado por otros jóvenes que quieren vivir apasionadamente su vida, su fe, también en entrega a los demás. Y, ¿quién no quiere vivir una vida intensa?»
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