Las delegaciones de Pastoral Familiar de la Provincia Eclesiástica de Galicia organizaron un encuentro de delegados y agentes de pastoral en Santiago de Compostela, del 30 de septiembre al 2 de octubre, con el objetivo de trabajar coordinadamente y colaborar entre las cinco diócesis gallegas. El matrimonio formado por Jose Antonio y Simely, que asistió al encuentro, nos comparte su testimonio de la jornada.
Fue un acontecimiento denso y esperanzador en actividades y contenidos. Comenzó el viernes por la tarde-noche con el recibimiento de los delegados y la cena. El sábado compartimos la Eucaristía y luego la acogida de los participantes y la presentación del ponente P. Miguel de la Mata Merayo, OFM.
Fueron tres días de oración y reflexión centrados en los desafíos que enfrentamos ante las nuevas realidades de la Pastoral Familiar desde la perspectiva del acompañamiento. El ponente expuso de forma extensa y clara la problemática que plantean las nuevas corrientes sobre el significado de «familia» y cómo acompañar en el camino de la fe a los que solicitan casarse por la Iglesia y a los que después de recibir el sacramento aceptan seguir alimentando su vida, compartiendo en grupo los valores cristianos.
Según el ponente existe actualmente una importante fracturación entre lo que se entiende hoy por matrimonio y familia, por lo que necesitamos tomar decisiones prioritarias. Se insistió en que hay que reforzar la pastoral matrimonial y familiar como un proceso gradual que no termina con el acto del casamiento. En este sentido, conviene insistir en que el matrimonio es una gracia para construir la Iglesia doméstica y es el ambiente ideal para evangelizar el Amor, por lo que se necesita una catequesis familiar integral para hijos y padres, a pesar de que ya existen iniciativas y proyectos para atender a parejas convivientes y estas necesidades.
Miguel de la Mata habló extensamente sobre la importancia del acompañamiento en la pastoral familiar; un acompañamiento que debe ser gradual y estar motivado por valores que valgan la pena para facilitar el encuentro personal y familiar con Cristo. El acompañamiento presupone el conocimiento de uno mismo y el conocimiento de quién es Dios y cómo es Dios. La fe cristiana se basa en un Dios que es, en primer lugar, Padre y no un Dios que amenaza permanentemente.
Se sugirieron propuestas para seguir formándonos sobre el acompañamiento: diagnóstico del proyecto personal y de pareja, pedagogía del acompañamiento, acompañamiento de matrimonios jóvenes… Conocimos experiencias de acompañamiento que se están llevando a cabo en otras diócesis y que pueden servirnos para iluminar este camino. También hubo momentos de oración, celebración y de encuentro para conocer otra cara de la hermosa catedral de Santiago.
Finalmente, el encuentro terminó con una evaluación de los temas tratados y una serie de propuestas con miras a mejorar la pastoral familiar de nuestras diócesis.
Agradecemos a todos los que trabajaron con dedicación y esfuerzo para el éxito del encuentro.
Jose Antonio y Simely
